Operaciones científicas con la Antarctic Impulsive Transient Antenna (ANITA), en la Antártida - NASA
Una serie de extrañas partículas subatómicas que parecen surgir de los hielos de la Antártida han dejado con la boca abierta a los físicos que las han descubierto. A primera vista, parecen similares a las que bombardean la Tierra continuamente en forma de rayos cósmicos. Aunque con una gran diferencia: los rayos cósmicos proceden del espacio y caen sobre nosotros «desde arriba». Pero nunca hasta ahora se habían detectado viniendo «desde abajo», es decir, surgiendo del propio planeta.
En un artículo recién publicado en Physical Review Letters, un equipo de investigadores dirigidos por Peter Gorham, de la Universidad de Hawái, se pregunta si podríamos estar ante un nuevo tipo de partícula hasta ahora desconocida. O incluso si nos encontramos ante una inesperada pista que nos conduzca hasta una «nueva Física».
Pero veamos. A cada segundo que pasa, cada centímetro de nuestro cuerpo recibe el impacto de cientos de rayos cósmicos, partículas muy energéticas que proceden de algunos de los eventos más violentos del Universo conocido, como la explosión de estrellas o la fusión de dos agujeros negros.
El origen de los rayos cósmicos
Como su propio nombre indica, los rayos cósmicos tienden a golpear la Tierra desde arriba, después de viajar cientos, miles e incluso millones de años luz a través del espacio. Sin embargo, la Antarctic Impulsive Transient Antenna (ANITA), una serie de antenas de radio que cuelgan de un globo aerostático a 37 kilómetros de altura y que los científicos usan, precisamente, para estudiar los rayos cósmicos, ha detectado partículas que emanan directamente del suelo.
Lo cual sugiere que «algo» extremadamente energético podría haber atravesado todo el planeta, un fenómeno que, sencillamente, no está permitido por el Modelo Estándar de la Física, la gran teoría que reúne a todas las partículas conocidas y a las cuatro fuerzas, o interacciones, que las gobiernan.
ANITA vuela continuamente sobre la Antártida, y su labor principal consiste en detectar las características lluvias de partículas que se producen cuando los rayos cósmicos impactan contra la superficie terrestre. En particular, el instrumento se centra en el estudio de los llamados Neutrinos Cosmológicos de Energía Ultraalta(UHECR) a medida que estos chocan contra el hielo de la superficie.
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